Foto: Cadena 3
Una imagen me atravesó. Fue la que se armó en mí cuando el biólogo Raúl Montenegro hablaba de la quema de los bosques cordobeses.
En siete días se quemaron unas 50.000 hectáreas, en una provincia que tiene menos del 5 por ciento de su superficie original de bosque nativo.
Su reflexión era en torno a si se suma la cantidad de años de crecimiento acumulado de esas hectáreas que se evaporaron en siete días. Imaginé esa evaporación apocalíptica y tremendamente triste. Arboles, vegetación, vida...
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