La Organización de Estados Americanos (OEA) demandó a Brasil suspender la construcciónd e la represa de Belo Monte porque cree que el proyecto puede perjudicar los derechos humanos de las comunidades ancestrales de la cuenca del Río Xingú. Eso fue hace más de un mes. Brasil, en respuesta, resolvió dejar de aportar 800 millones de dólares a la organización (la cuota de este año) y dijo que en 2012 se va de la OEA.
La presidenta Dilma Rousseff dijo que la decisión de la OEA fue "precipitada e injustificada" y la consideró una "interferencia indebida".
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