Durante horas, campesinos, indígenas, organizaciones ambientalistas y sociales marcharon ayer, bajo un sol rajante, por la carretera Colosio de Cancún. Querían hacer escuchar su voz a los respresentantes de los países que negocian sobre el cambio climático.
Un retén militar los mantuvo lejos de las deliberaciones, que se desarrollan en el hotel de lujo Moon Palace.
Hubo y habrá otras marchas, pero, lo seguro es que nadie las oiga. Corren esas versiones en los salones de prensa sobre las manifestaciones, no muy grandes, en el exterior, a kilómetros de donde se discute qué pasará con nuestro planeta. Algunos periodistas ni se plantean cubrir esos hechos. Otros, simplemente, no pueden ir dado que las medias de seguridad y las distancias impiden la cobertura. Esto es algo que hace meses denunciaron las organizaciones mexicanas, porque sabían que el contacto de los "no acreditados" con los delegados sería una utopía.
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