Dijo que nunca tuvo una celebración de Navidad, porque nunca fue feliz, ni pudo ser un padre de familia feliz. Esta Navidad tampoco lo será. Está lejos de casa, en Buenos Aires, a la espera, como tantos otros, de justicia. Los "criollos" avasallan sus derechos una y otra vez.
Ahora, puntualmente, reclama el esclarecimiento de la represión del 23 de noviembre pasado, día en el que un miembro de su comunidad y un policía murieron en un intento de desalojo de una carretera nacional por parte de agentes y estancieros locales. Sus casas fueron quemadas por la noche y no tienen ni DNI.
Esta Navidad tampoco será feliz para Félix, pero, tal vez, si lo escuchan, haya una esperanza...
Félix, con el reflejo en la cara, en conferencia de prensa para denunciar los hechos del 23 de noviembre.
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